viernes, 27 de marzo de 2009

Asaltan a comerciante embarazada y roban plata y tarjetas telefónicas

18 de Febrero del 2009
A metros del estacionamiento en don­de el último fin de semana asesinaron a tiros a una persona, asaltaron ayer un negocio. Fue un solo delincuente el que violentamente se llevó unos 2.000 pesos en efectivo y algo más de 3.000 en tarjetas telefónicas huyendo hacia «Las Mil Vivien­das» de Trelew. La madre de la mujer embarazada que fue víctima de este su­ceso dijo a EL CHUBUT llorando des­consoladamente que el ladrón entró al mercado haciéndose pasar por un cuente y que hasta compró primero un «paquete de galletitas».
El episodio ocurrió ayer en jurisdic­ción de la Seccional Tercera; unas horas antes del mediodía, en un local comercial que se llama «San Cayetano 1», que está situado en Fuerte San José casi Las Aca­cias en el barrio Los Aromos, frente al lugar en donde el sábado pasado le dieron muerte a balazos a Ariel Alonso (28). La víctima fue Erica Soledad Germana, la hija de los dueños del lugar.
La progenitura de la chica que estaba atendiendo el negocio, contó en declara­ciones periodísticas a los minutos de acon­tecido el hecho: «Me robaron las tarjetas, la recaudación de las tarjetas. Todo. Era la recaudación que habíamos hechos du­rante el día de ayer (por el lunes); unos 2.000 pesos en plata, más de 3.000 en tarje­tas. ¡Todo!», exclamó llorando afligidamen­te mientras la policía le tomaba declara­ción a su hija.
¿Estaba su hija sola? Le consultó este diario, a lo que respondió: «Sí. Ella está embarazada. Es algo tremendo», consig­nó. ¿Le pegaron, la ataron? Insistió EL CHUBUT. «No. Le compró un paquete de galletitas, mi hija se lo vendió, le vio la cara incluso, pero no lo conoce. No sabe quién es», dijo. «Mi hija andaba poniendo mercadería y yo creí que se le había caí­do la caja y cuando gritó «¡mamá!» yo pen­sé que le habían hecho algo», rompió en llanto.
La mujer aclaró que ella se encontra­ba en una dependencia del fondo del nego­cio cuando el hecho sucedió y que ai mo­mento en que sintió los gritos de su hija y vino para el mercado sólo pudo ver a un individuo que abandonaba rápidamente el lugar. «Gracias a Dios no le hicieron nada pero ella se siente culpable», acotó; al co­mentar que hace diez años que tienen ese negocio en el barrio Los Aromos y que es la segunda vez que los asaltan.«Yo únicamente vi a una persona que salió corriendo con algo, pero no sabía que era la plata. Y cuando mi hija gritó pensé que le habían pegado un tiro», con­fesó la mujer.

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