18 de Febrero del 2009
A metros del estacionamiento en donde el último fin de semana asesinaron a tiros a una persona, asaltaron ayer un negocio. Fue un solo delincuente el que violentamente se llevó unos 2.000 pesos en efectivo y algo más de 3.000 en tarjetas telefónicas huyendo hacia «Las Mil Viviendas» de Trelew. La madre de la mujer embarazada que fue víctima de este suceso dijo a EL CHUBUT llorando desconsoladamente que el ladrón entró al mercado haciéndose pasar por un cuente y que hasta compró primero un «paquete de galletitas».
El episodio ocurrió ayer en jurisdicción de la Seccional Tercera; unas horas antes del mediodía, en un local comercial que se llama «San Cayetano 1», que está situado en Fuerte San José casi Las Acacias en el barrio Los Aromos, frente al lugar en donde el sábado pasado le dieron muerte a balazos a Ariel Alonso (28). La víctima fue Erica Soledad Germana, la hija de los dueños del lugar.
La progenitura de la chica que estaba atendiendo el negocio, contó en declaraciones periodísticas a los minutos de acontecido el hecho: «Me robaron las tarjetas, la recaudación de las tarjetas. Todo. Era la recaudación que habíamos hechos durante el día de ayer (por el lunes); unos 2.000 pesos en plata, más de 3.000 en tarjetas. ¡Todo!», exclamó llorando afligidamente mientras la policía le tomaba declaración a su hija.
¿Estaba su hija sola? Le consultó este diario, a lo que respondió: «Sí. Ella está embarazada. Es algo tremendo», consignó. ¿Le pegaron, la ataron? Insistió EL CHUBUT. «No. Le compró un paquete de galletitas, mi hija se lo vendió, le vio la cara incluso, pero no lo conoce. No sabe quién es», dijo. «Mi hija andaba poniendo mercadería y yo creí que se le había caído la caja y cuando gritó «¡mamá!» yo pensé que le habían hecho algo», rompió en llanto.
La mujer aclaró que ella se encontraba en una dependencia del fondo del negocio cuando el hecho sucedió y que ai momento en que sintió los gritos de su hija y vino para el mercado sólo pudo ver a un individuo que abandonaba rápidamente el lugar. «Gracias a Dios no le hicieron nada pero ella se siente culpable», acotó; al comentar que hace diez años que tienen ese negocio en el barrio Los Aromos y que es la segunda vez que los asaltan.«Yo únicamente vi a una persona que salió corriendo con algo, pero no sabía que era la plata. Y cuando mi hija gritó pensé que le habían pegado un tiro», confesó la mujer.
El episodio ocurrió ayer en jurisdicción de la Seccional Tercera; unas horas antes del mediodía, en un local comercial que se llama «San Cayetano 1», que está situado en Fuerte San José casi Las Acacias en el barrio Los Aromos, frente al lugar en donde el sábado pasado le dieron muerte a balazos a Ariel Alonso (28). La víctima fue Erica Soledad Germana, la hija de los dueños del lugar.
La progenitura de la chica que estaba atendiendo el negocio, contó en declaraciones periodísticas a los minutos de acontecido el hecho: «Me robaron las tarjetas, la recaudación de las tarjetas. Todo. Era la recaudación que habíamos hechos durante el día de ayer (por el lunes); unos 2.000 pesos en plata, más de 3.000 en tarjetas. ¡Todo!», exclamó llorando afligidamente mientras la policía le tomaba declaración a su hija.
¿Estaba su hija sola? Le consultó este diario, a lo que respondió: «Sí. Ella está embarazada. Es algo tremendo», consignó. ¿Le pegaron, la ataron? Insistió EL CHUBUT. «No. Le compró un paquete de galletitas, mi hija se lo vendió, le vio la cara incluso, pero no lo conoce. No sabe quién es», dijo. «Mi hija andaba poniendo mercadería y yo creí que se le había caído la caja y cuando gritó «¡mamá!» yo pensé que le habían hecho algo», rompió en llanto.
La mujer aclaró que ella se encontraba en una dependencia del fondo del negocio cuando el hecho sucedió y que ai momento en que sintió los gritos de su hija y vino para el mercado sólo pudo ver a un individuo que abandonaba rápidamente el lugar. «Gracias a Dios no le hicieron nada pero ella se siente culpable», acotó; al comentar que hace diez años que tienen ese negocio en el barrio Los Aromos y que es la segunda vez que los asaltan.«Yo únicamente vi a una persona que salió corriendo con algo, pero no sabía que era la plata. Y cuando mi hija gritó pensé que le habían pegado un tiro», confesó la mujer.
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