A punta de cuchillo secuestran a comerciante, lo abandonan atado en la ruta y le sacan la camioneta

12 de Marzo del 2009

Rieron tres sujetos a comprarle la camioneta a un comer­ciante, le pidieron probarla antes de hacer la operación; salie­ron en dirección a Gaiman y a mitad de camino uno de ellos sacó un cuchillo colocándoselo en el cuello. De esa manera lo hicie­ron bajar, después lo ataron, le pegaron y terminaron aban­donándolo a un costado de la ruta. El vehículo apareció luego en el estacionamiento de la Universidad en el centro de Trelew. Le robaron la documentación del mismo, la billetera con plata y el celular.
Este episodio de características cinematográficas; pero pre­ocupante, sucedió ayer a la mañana entre las diez y las once en jurisdicción de la Comisaría Tercera y las máximas autoridades de la Unidad Regional de Trelew pretendieron ocultarlo a la opinión pública. La víctima fue Leonardo Marciali, un joven comerciante de 37 años, actualmente radicado en Puerto Ma-diyn, cuyo hermano habló con EL CHUBUT y contó con lujo de detalles lo que había ocurrido.
Mientras las autoridades realizaban las actuaciones de rigor Sobre la camioneta Ford «Ranger» cuatro por cuatro, de color blanco, a la que los malvivientes habían dejado estacionada de avenida 9 de Julio y Belgrano, el hermano de Leonardo Marciali -que es a su vez su socio en la firma Gomatex- realizaba las siguientes declaraciones periodísticas:
«La iba a vender, estaba por hacer el negocio y los mucha­chos querían probarla. Así que salieron camino a Gaiman; eran tres bolivianos y a mitad de camino uno le pone un
cuchillo en el cuello, lo bajan y lo tiran a la banquina. Lo amenazaron con que lo iban a matar, le pegaron, lo ataron y le sacaron la camioneta. Se la afanaron, se fueron», afirmó el joven comerciante.
Esto fue «Cerca de las once» en inmediaciones de la Bajada de Manghini, señaló.
Luego dijo que su hermano no está herido «algún golpe y un susto más que nada», aseguró. Al detallar después lo que le habían sustraído dijo que le habían robado la «billetera con dine­ro, el celular y los papeles de la camioneta».
«Lo llamaron por teléfono, él los pasó a buscar por una esqui­na en el centro de la ciudad. F\ie hasta «Gomatex», y me dijo que enseguida volvía, que ellos querían ver la camioneta y probarla. Al rato me llama un teléfono que no conocía y era él que había parado a un hombre en la ruta, le había pedido el teléfono y me llamaba para contarme que le habían robado la camioneta», señaló.
¿Los había visto en otra oportunidad? Le consultó EL CHU­BUT al hermano de la victima. «No. Ayer nomás los vio (por el martes), cuando fueron a verlo porque querían hacer negocio», contó.
La Policía trató de manejar el caso con celoso hermetismo, a tal punto que hubo ciertas desinteligencias entre las distintas dependencias de la zona en las que se ignoraba que lo del joven comerciante había sido un secuestro y robo agravado por el uso de arma.