viernes, 27 de marzo de 2009

A quemarropa matan a joven en «Las Mil»

15 de Febrero del 2009
Un muchacho, del que la Policía dice que tenía antece­dentes y que por eso pasó gran parte de su vida en la cárcel, recibió ayer tres balazos, al­gunos de ellos en la cara, y murió después cuando era trasladado al Hospital. Lite­ralmente fue «ejecutado» al momento en que cruzaba uno de los estacionamientos de «Las Mil Viviendas» de Trelew. En ese instante había allí unos cuantos niños jugando y tran­sitaban varias personas por el lugar.
De hecho, las autoridades fueron a buscar a su domicilio al autor del homicidio porque lo vieron unos vecinos cuando le disparaba a la víctima y les dijeron de quién se trataba. Sería cuñado de la víctima y cuando le allanaron la casa le encontraron una caja re­gistradora y otras cosas ro­badas.
Los mismos elementos que -según algunos vecinos- dos malandras habían estado, ofre ciendo a la venta durante la madrugada en un hecho que aseguran haber denunciado telefónicamente a la Policía y no haber recibido ninguna res puesta de las autoridades de la Seccional Tercera.
La muerte de ayer volvió a conmover a un barrio del que sus mismos vecinos aducen qué es «muy inseguro» al de nunciar que prácticamente todos los días suceden allí ro­bos, arrebatos violentos, asal­tos a mano armada a reparti­dores, tiroteos y peleas entre pandillas con apuñalados y ba­leados.
A raíz de todo esto, muchos de ellos han pedido hasta pú­blicamente que sea la Gendar­mería que recorra sus calles, denunciando que la Policía «lle­ga siempre tarde» y que en varias oportunidades ni siquie­ra acude cuando se la convo­ca. Hasta piensan que el ba­rrio Constitución es una «zona liberada» y que sus honestos pobladores están librados «a la buena de Dios».
Ayer mismo, en presencia de EL CHUBUT, un vecino les hizo estos reproches a los je­fes de la Comisaría Tercera que llegaron al lugar en donde habían baleado al muchacho y uno de ellos; el comisario Luis Cruz, prácticamente enfren­tándolo vehementemente le contestó: «Ya te dije que no tengo gente». Antes le había manifestado que a fin de mes él se iría de traslado a El Hoyo y que por eso no podía darle respuestas, que ya se había quejado a la Jefatura por la falta de personal y que espera­ra a que viniera el nuevo titu­lar de la dependencia, del que dijo comenzaría «de cero». Como si eso le fuese a= llevar mas tranquilidad al preocupa­do ciudadano.
El comisario le había dicho a su interlocutor que no tenía efectivos en la Comisaría para recorrer las calles del barrio pero en cuestión de minutos el lugar del sangriento episodio quedó poblado de policías. Este diario contabilizó que ha­bía doce empleados, entre ofi­ciales, suboficiales y agentes, además de varios patrulleros.
La víctima del sangriento hecho de ayer se llamaba Ariel Alonso, dicen que tenía cerca de 28 años, amplios an­tecedentes delictivos y que por eso había estado en la cárcel más de la mitad de su vida. El infortunado iba cruzando un amplio playón de estaciona­miento del sector «C» de «Las MU Viviendas» cuando un individuo lo alcanzó, le efec­tuó al menos tres disparos desde muy corta distancia, a la vista de varios testigos y después huyó escondiéndo­se en un departamento cer­cano.
Una joven madre que atra­vesaba ese mismo estaciona­miento, dirigiéndose a com­prar «unas prepizzas» a uno de los almacenes que hay enfren­te, observó prácticamente toda la secuencia de hechos y las maniobras del asesino. Ese y otros testimonios posi­bilitaron que el crimen hoy tenga a su presunto autor de­tenido y le sirvió a la Policía para ir a buscar después a un joven de 22 años, también con amplios antecedentes, a quien se acusa de ser el que le dispa­ró a Alonso.
La víctima estuvo casi media hora agonizando, tira­da en el piso, mientras un nutrido grupo de personas que lo rodeaba se quejaba de la excesiva tardanza de la ambulancia. «Lo van a dejar morir», decían algunas de ellas en tanto que otras estaban de­cididas a usar una camioneta para trasladar al baleado a al­gún centro asístencial.
Mientras estas dramáticas demostraciones se evidencia­ban en ese estacionamiento situado en inmediaciones de las calles Fuerte San José y Las Acacias, frente al barrio Los Aromos, EL CHUBUT dialo­gaba con un vecino que dijo afincarse a-menos de cien metros del lugar en donde ocu­rrió el sangriento episodio.
Se le preguntó en primera instancia al entrevistado si habían sido varios los tiros que había escuchado, a lo que res­pondió: «Sí, tres disparos. Apa­rentemente en la cara le han pegado». ¿Este muchacho vive por acá? Le volvió a con­sultar este diario.

No hay comentarios: