22 de Marzo del 2009
Dos jovencitos le abrieron el auto a una empleada de un ¡éntrico supermercado, le sacaron el autoestéreo, su documentación y después huyeron, i La dueña del vehículo y unos compañeros de trabajo salieron a perseguirlos y los perdieron pero la policía logró atraparlos a unas cinco cuadras del lugar en donde habían cometido el robo, en el sector sudoeste de Trelew.
El hecho había ocurrido cerca de las dos de la tarde de ayer enfrente de una de las sucursales del supermercado La Anónima»; la ubicada en 25 de Mayo casi Uruguay, en un antiguo Volkswagen Gol y los malvivientes; dos muchachos cuyas edades se decía no superan los 19 años, terminaron siendo interceptados y apresados por motociclistas y patrulleros policiales cuando ya habían cruzado la calle Corrientes y su intersección con avenida Rawson.Uno de ellos con una mochila de color negra en cuyo interior llevaba el autoestéreo y la documentación que entre ambos habían sustraído del auto de la empleada de «La Anónima». La mujer no quiso hacer declaraciones periodísticas a este diario pero enojada por lo sucedido no dudó en aprovechar la circunstancia para quejarse por la inseguridad. Reprochó que ya no se podía trabajar tranquilo, ni siquiera teniendo el vehículo estacionado enfrente. Reveló de paso que fue testigo del momento en que abrían una de las puertas del rodado y se metían a su habitáculo para robarle.
El hecho había ocurrido cerca de las dos de la tarde de ayer enfrente de una de las sucursales del supermercado La Anónima»; la ubicada en 25 de Mayo casi Uruguay, en un antiguo Volkswagen Gol y los malvivientes; dos muchachos cuyas edades se decía no superan los 19 años, terminaron siendo interceptados y apresados por motociclistas y patrulleros policiales cuando ya habían cruzado la calle Corrientes y su intersección con avenida Rawson.Uno de ellos con una mochila de color negra en cuyo interior llevaba el autoestéreo y la documentación que entre ambos habían sustraído del auto de la empleada de «La Anónima». La mujer no quiso hacer declaraciones periodísticas a este diario pero enojada por lo sucedido no dudó en aprovechar la circunstancia para quejarse por la inseguridad. Reprochó que ya no se podía trabajar tranquilo, ni siquiera teniendo el vehículo estacionado enfrente. Reveló de paso que fue testigo del momento en que abrían una de las puertas del rodado y se metían a su habitáculo para robarle.
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