5 de Abril del 2009
Entre cuatro y seis malvivientes; entre ellos varios menores de entre 14 y 16 años y una mujer, asaltaron una céntrica tienda al encañonar a su propietaria, reducirla y sustraerle tarjetas de crédito, plata y prendas de vestir. Testigos de lo sucedido anoche, a menos de una cuadra de la plaza central de Trelew, aseguran que después que abandonaron el negocio tenían intenciones de robar también a punta de pistola en una panadería cerca-na? pero como vieron que había muchos clientes en el lugar se arrepintieron y huyeron hacia un rumbo desconocido para la policía.
El asalto a mano armada sucedió pasadas las 20 de ayer a menos de 100 metros de la plaza Independencia en la tienda «Alexa»; un céntrico local comercial que está ubicado en la calle Mitre casi pasaje Mendoza y la dueña del lugar al arribar la policía se encontraba inmersa en una verdadera crisis de nervios.
No era para menos; dijeron unos vecinos que había sido apuntada con un arma y tratada violentamente por los málandras que le llevaron unas cuantas prendas de vestir, una considerable cantidad de dinero y todas las tarjetas de crédito. Dicen que la mujer intentó resistirse a que le robaran forcejeando con algunos de los ladrones y mordiendo a uno de ellos.
Otra mujer que pasaba por el lugar al momento en que los delincuentes abandonaban la tienda -seguramente después de cometer el atraco- le dijo a EL CHU-BUT que para ella también tenían intenciones de asaltar la panadería que esta en la esquina; la que está enfrente de la tradicional Escuela 5 pero como allí vieron mucho movimiento y demasiada gente no se habrían animado.
«Cuando cruzábamos la calle vimos que iban a entrar también en la panadería (de Julio A.Roca y Mitre) pero como adentro había tantos hombres, tantos varones era como que dudaban y se tocaban la ropa a la altura de la cintura. Estaban como encimados, con ropas grandes, con gorra y había una señora media gordita que estaba con ellos también», detalló la testigo, al comienzo de su diálogo con este diario en la puerta de acceso al negocio asaltado y mientras la policía adentro le tomaba declaración a la víctima.
«Se quedaban en la esquina y era como que querían entrar a la panadería pero no se animaban y se reían. Y después se alejaron, pero caminando; no corrieron ni nada, tranquilos», añadió.
¿A la señora de la tienda la encañonaron? Le consultó el diario: «Sí. Parece que sí. Le sustrajeron cosas, le llevaron las tarjetas. ¿Qué apariencia tenían estos sujetos que usted ve? Insistió EL CHU-BUT: «Chicos adolescentes. 14, 15 y 16 (años) más de eso no tenían, y huyeron para la avenida, de la (calle Julio A.) Roca hacia el centro. Tenían puestas ropas grandes, eran oscuras, (algunos andaban) con gorras», detalló.
¿La comerciante estaba sola al momento en que entran estos delincuentes? Se le volvió a consultar, alo que contestó: «Sí. Creo que la apuntaron y la asustaron bastante. Esperaron a que una amiga de ella se fuera y entraron», dijo.
«Le llevaron todas las tarjetas, la plata», insistió. «Yo justo venía con mi esposo caminando hacia la panadería. Es segurísimo que también querían asaltarla. Esa fue la intención, porque nosotros nos quedamos parados en la esquina y le dije a mi marido que esperáramos un rato porque seguro iban a entrar a la panadería y como había adentro más hombres que mujeres entonces se arrepintieron, pero se tocaban la cintura, se reían, hablaban entre ellos y después se fueron caminando», concluyó.
El asalto a mano armada sucedió pasadas las 20 de ayer a menos de 100 metros de la plaza Independencia en la tienda «Alexa»; un céntrico local comercial que está ubicado en la calle Mitre casi pasaje Mendoza y la dueña del lugar al arribar la policía se encontraba inmersa en una verdadera crisis de nervios.
No era para menos; dijeron unos vecinos que había sido apuntada con un arma y tratada violentamente por los málandras que le llevaron unas cuantas prendas de vestir, una considerable cantidad de dinero y todas las tarjetas de crédito. Dicen que la mujer intentó resistirse a que le robaran forcejeando con algunos de los ladrones y mordiendo a uno de ellos.
Otra mujer que pasaba por el lugar al momento en que los delincuentes abandonaban la tienda -seguramente después de cometer el atraco- le dijo a EL CHU-BUT que para ella también tenían intenciones de asaltar la panadería que esta en la esquina; la que está enfrente de la tradicional Escuela 5 pero como allí vieron mucho movimiento y demasiada gente no se habrían animado.
«Cuando cruzábamos la calle vimos que iban a entrar también en la panadería (de Julio A.Roca y Mitre) pero como adentro había tantos hombres, tantos varones era como que dudaban y se tocaban la ropa a la altura de la cintura. Estaban como encimados, con ropas grandes, con gorra y había una señora media gordita que estaba con ellos también», detalló la testigo, al comienzo de su diálogo con este diario en la puerta de acceso al negocio asaltado y mientras la policía adentro le tomaba declaración a la víctima.
«Se quedaban en la esquina y era como que querían entrar a la panadería pero no se animaban y se reían. Y después se alejaron, pero caminando; no corrieron ni nada, tranquilos», añadió.
¿A la señora de la tienda la encañonaron? Le consultó el diario: «Sí. Parece que sí. Le sustrajeron cosas, le llevaron las tarjetas. ¿Qué apariencia tenían estos sujetos que usted ve? Insistió EL CHU-BUT: «Chicos adolescentes. 14, 15 y 16 (años) más de eso no tenían, y huyeron para la avenida, de la (calle Julio A.) Roca hacia el centro. Tenían puestas ropas grandes, eran oscuras, (algunos andaban) con gorras», detalló.
¿La comerciante estaba sola al momento en que entran estos delincuentes? Se le volvió a consultar, alo que contestó: «Sí. Creo que la apuntaron y la asustaron bastante. Esperaron a que una amiga de ella se fuera y entraron», dijo.
«Le llevaron todas las tarjetas, la plata», insistió. «Yo justo venía con mi esposo caminando hacia la panadería. Es segurísimo que también querían asaltarla. Esa fue la intención, porque nosotros nos quedamos parados en la esquina y le dije a mi marido que esperáramos un rato porque seguro iban a entrar a la panadería y como había adentro más hombres que mujeres entonces se arrepintieron, pero se tocaban la cintura, se reían, hablaban entre ellos y después se fueron caminando», concluyó.
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