Después de dejar un pasajero en el centro de la ciudad, un taxista fue abordado poruña pareja; le pidieron que los lleve hacia uno de los barrios del oeste y cuando estaban yendo hacia ese sector la mujer sacó un arma y lo obligó a dirigirse hacia un oscuro descampado, frente a «Las Mil Viviendas». AI llegar la victima se resistió al atraco, resistiéndose con trompadas a sus asaltantes. Ella le gatillo pero no salió la bala, recibió un puñetazo en la cara y huyó. A su cómplice, el chofer le dio tal paliza que lo dejó tirado en el suelo, y se fue a buscar a la Policía.
Cuando acompañado de unos patrulleros regresó al sitio, el malogrado delincuente ya no estaba. Se especula que habría sido rescatado por su cómplice.
Esta reacción del taxista en un evidente hecho de «justicia por mano propia», tranquilamente podría haber terminado en un trágico episodio. El hecho sucedió en los primeros minutos de la madrugada de ayer y su protagonista fue un hombre de más de 40 años llamado Osear Viturro, un ex inspector de tránsito que trabaja en una de las paradas del centro de Trelew, la que está ubicada en la esquina de Pecoraro e Inmigrantes.
La pareja de malvivientes había abordado el vehículo de alquiler frente a las instalaciones del Bingo de Trelew, en la calle San Martín casi Belgrano, en pleno centro de la ciudad.
Desde allí sus supuestos pasajeros le pidieron al chofer que los llevara hasta un asentamiento barrial que está ubicado detrás de la Comisaria Tercera: El «Primera Junta». Pero a mitad de camino, seguramente como ya lo habían planificado, la mujer encañonó al taxista con un revólver 22 -de acuerdo a las características que la víctima aportó- e hizo que cambiara el rumbo. Con el arma afirmada en uno de los costados de su cuerpo manejó unas cuantas cuadras y hasta pasó con el coche por una calle, al costado de la Seccional Tercera, sin que nadie de esa Comisaria se diera cuenta de que estaba siendo asaltado.
Lo llamativo también de este episodio es que -según dicen- en un momento dado el taxista logró activar el equipo de comunicaciones sin que los ladrones lo notaran y les hacía escuchar por la banda ciudadana a sus colegas en tránsito lo que iban suce diendo adentro del auto.
Por fortuna para Viturro, el arma con que le apuntaron en más de una oportunidad no funcionó cuando la mujer quiso dispararle al momento en que comenzó a castigar a su secuaz al resistirse a ser asaltado; si no, el resultado de este dramático acontecimiento hubiera sido distinto. Sospecha la Policía qué los dos malvivientes son de «Las Mil Viviendas». Al hecho lo calificaron como «un intento» de robo agravado.
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