10 de Marzo del 2009
Dos ladrones entraron a un almacén y ni bien lo hicieron uno de ellos sacó un arma, le apuntó a su dueño y lo mantuvo reducido, mientras su cómplice se apoderaba de toda la plata que había en la caja registradora. Ambos huyeron con más de 200 pesos y la víctima del asalto aseguró que era «tanto el nerviosismo que tenía» en ese momento que no pudo identificar a ninguno.
El hecho sucedió el domingo al mediodía en un mercado llamado «El Abuelo», cuyas instalaciones están ubicadas en la esquina de Mosconi Norte y Ecuador en el barrio Corradi, un sector situado al oeste de Trelew. Aún ayer su dueño evidenciaba estar conmocionado por lo que le había sucedido. Habló con EL CHUBUT y pidió que no se publicara su nombre. «Entraron dos personas, una armada, me redujeron. Uno pasó (del otro lado del mostrador) sacó todo lo que tenía en la caja y se retiraron. No duró más de diez segundos», dijo el comerciante como para ejemplificar que el atraco fue rápido.
¿Estaban encapuchados? Se le consultó. «No. A cara descubierta pero no me consulte si los reconocí porque era tanto el nerviosismo que tenía que no alcancé a conocer a ninguno de los dos», aseveró.«Me apuntaron y yo me quedé quieto para evitar cualquier inconveniente. Ríe un momento difícil, de mucho nerviosismo pero gracias a Dios no pasó a mayores», acotó. Se llevaron la recaudación del día nada más, pueden haber habido cien o doscientos pesos pero no tengo idea porque no los conté», aclaró finalmente.
El hecho sucedió el domingo al mediodía en un mercado llamado «El Abuelo», cuyas instalaciones están ubicadas en la esquina de Mosconi Norte y Ecuador en el barrio Corradi, un sector situado al oeste de Trelew. Aún ayer su dueño evidenciaba estar conmocionado por lo que le había sucedido. Habló con EL CHUBUT y pidió que no se publicara su nombre. «Entraron dos personas, una armada, me redujeron. Uno pasó (del otro lado del mostrador) sacó todo lo que tenía en la caja y se retiraron. No duró más de diez segundos», dijo el comerciante como para ejemplificar que el atraco fue rápido.
¿Estaban encapuchados? Se le consultó. «No. A cara descubierta pero no me consulte si los reconocí porque era tanto el nerviosismo que tenía que no alcancé a conocer a ninguno de los dos», aseveró.«Me apuntaron y yo me quedé quieto para evitar cualquier inconveniente. Ríe un momento difícil, de mucho nerviosismo pero gracias a Dios no pasó a mayores», acotó. Se llevaron la recaudación del día nada más, pueden haber habido cien o doscientos pesos pero no tengo idea porque no los conté», aclaró finalmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario